Se cierra la niebla. Agudizados oídos sangran cantos de sirena.

viernes, 16 de agosto de 2013

Escritor o poeta.

      Cuarta columna de opinión publicada en AlbaceteCapital.es desde el miércoles 14/08/13 hasta el martes 20/08/13 en el siguiente enlace:

http://albacetecapital.es/aire-plateado-mercurio-garcia-iris/

      El miércoles 21/08/13 se actualiza el sitio anterior con la columna Refranes.

      Se archiva a continuación el texto íntegro de Escritor o poeta en esta entrada a miércoles 21/08/13:

Escritor o poeta.

Hay disyuntivas negativas. Y para mí una de ellas es enfrentar la figura de poeta contra la de escritor separándolas y negando que parten de la misma madre que es la literatura. Poeta es aquel que escribe poesía, y escritor es aquel que escribe. Esas son las definiciones que me valen para plantear la cuestión acerca de la convivencia de ambas figuras en el mismo autor.
Se suele etiquetar como escritor a aquel que escribe prosa en exclusiva en oposición al poeta. Otras veces es necesario enunciar la condición de escritor y poeta para hacer llegar el mensaje de que el autor al que nos referimos en cada caso cultiva ambos géneros literarios. Esta última opción me parece aceptable aunque no convincente en última instancia. Prefiero leer que alguien es escritor y dejar el concepto abierto a que puede cultivar tanto una como otra materia. De hecho las considero potenciales en cualquier persona, lo que pasa es que no las desarrolla. Unos tienen más predisposición natural o circunstancias proclives, es innegable, pero para nada las veo imposibles para cualquiera. Conozco un caso de primera mano que despreciaba el verso como incomprensible y hoy hace del mismo su capa para divertirse con búsquedas y acertijos. Escritor es el que escribe, y puede escribir prosa o poesía por igual. Esa es mi definición completa de escritor que alberga en su seno la forma de poeta. Y en cuanto al término poeta, lo veo más como una contemplación de la parte del escritor que cultiva el verso abstrayéndose de la narrativa convencional y avanzando en una trascendencia que va del interior hacia el exterior. He oído a un autor, que para mí es un poeta excepcional, decir de sí mismo que no se considera poeta porque para él, poeta es alguien que hablando de forma natural le sale sola la poesía. A este hombre le sale y él escucha algo que yo no alcanzo a oír. Tiempo. He ahí esa trascendencia que sale del autor hacia el exterior, en este caso mi percepción. Cuando llamo poeta a este señor estoy contemplando la capacidad que tiene para sintetizar en breves poemas una luz entre aguas que traza un camino que comienza dentro de cada uno y acaba donde otro ofrece su atención. Y para mí es escritor, y al denominarlo así traigo su prosa. A un escritor que sólo escribe poesía sí le llamo poeta, indudablemente, pero también escritor. Porque el escribir poesía participa en mayor o menor medida de una experiencia aunque se use para la metáfora. Trazar el mapa de conexiones entre cada acepción resulta entretenido cuando dispones cada vocablo como piezas de ajedrez sobre el tablero y juegas la primera partida con la muerte hasta el fin. El escritor es el maestro de este juego de reyes. Y el poeta es el maestro que deja su cargo a un lado para tomar parte por el alba o la noche. Es decir, el escritor tiene una perspectiva omnisciente al ver la partida desde arriba y es capaz de estar en ambas partes. Y poeta es el maestro que se libera de la objetividad y disfruta ensuciándose con la sangre del contrincante. O sufre la suya derramada en el siguiente embate. Llora, ríe, grita, padece y disfruta de la pelea recuperándose en el último instante al rescatar el poder de la maestría que dejó a un lado para divertirse con el juego. Son en resumidas cuentas caras de la misma moneda.
Mi opinión sobre si denominar escritor o poeta a un autor es simplificarlo en escritor y cuando apetece y se quiere, poeta.

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