Se cierra la niebla. Agudizados oídos sangran cantos de sirena.

lunes, 31 de agosto de 2009

Los tres regalos de Sara. El comienzo.

Violeta era una chica muy sentimental y algo idealista. Su tío Gabriel, un tipo singular donde los haya. Siempre rodeado por un halo mágico de extraña sabiduría y de un montón de experiencias y recuerdos de sus viajes por todo el mundo. Pasaban las vacaciones en la cabaña del bosque.

La chica guardaba con especial cariño tres alhajas de su madre Sara: una pulsera, un anillo y un colgante. Se los regaló su madre poco antes de morir en un accidente de tráfico. Gabriel era su hermano. Violeta lo pasó muy mal, como su tío. A diferencia de éste, la muchacha aún no lo había superado, por eso se aferraba a los tres regalos. Sara se los regaló cada uno con un consejo, y un deseo para su hija.

Un día desaparecieron de su escondite. Escondite que solo conocía Violeta, por supuesto. Lo más misterioso fue la manera en que desaparecieron, como si se hubieran esfumado en el aire. Violeta cayó en un comienzo de depresión. Ni reía ni lloraba. Era como si le hubieran arrebatado el corazón. Gabriel lo sabía y conocía el porqué se encontraba abatida. Estaba dispuesto a ayudarla.

Violeta tiraba piedras al agua desde la orilla del estanque. Su semblante era indiferente, distante a todo lo que le rodeaba. Gabriel estaba apartado. Absorto en la escena después de mucho pensar. Echó a andar hasta llegar al lado de Violeta sin que esta se percatase.

- Violeta, - sorprendió a la ausente sobrina- tenemos que hablar.

- ¿De qué? Si ya no me queda nada- respondió fríamente.

- Te equivocas. Siempre tuviste lo que más falta te hacía y lo sigues teniendo aquí- le señaló su corazón- pero está oculto por tus miedos que están empezando a salir. Por eso ahora más que nunca, estás más cerca de rescatar eso que necesitas- le dice esto mientras le acaricia la mejilla. Ella sonríe y le dice

- Tú la querías mucho, ¿verdad?

- ¡Más que a mi vida! Como no hacerlo si ella me enseño a valorarla, como a ti.- Esto le llegó a tocar muy profundamente y las lágrimas perlaron su rostro.

- ¡Ella… pero ella ya no está! ¡Lo único que me quedaba de mamá ha desaparecido! Me ha dejado sola ante el mundo, aunque contigo dice confusa.

Gabriel se sentó a su lado en la orilla y continúo

- Te olvidas de algo esencial. De lo que significaban aquellos regalos. Lo verdaderamente importante no fueron ellos en sí, sino lo que por medio de los mismos te transmitió. Representaban la esperanza, la confianza y el amor, eran parte de su alma, eran ella y te los dio para que siempre te sintieras acompañada de una o de otra manera por ella, quería estar unida a ti siempre- Gabriel cogió en ese preciso momento tres cantos en su mano y comenzó a juguetear con ellos. Violeta no lo veía tan claro pero empezó a recordar las bromas, las risas y riñas de su madre. Mientras, un ganso iniciando sus primeros vuelos y otro más a su par, como si le probase.

- Pero es muy duro hacerse a la idea de esto, me siento muy presionada, me siento a prueba.

- Es así porque tuviste miedo al no llegar a comprender en su momento, la vida es en gran parte una rueda que la fortuna gira caprichosa para bien… o para mal. Te aferraste a ideas equivocadas, a lo material sin recordar. No era deliberadamente una prueba. Tú la creaste. Yo estaba ahí, observando por tu bien y me di cuenta de que al crearla te acercabas a comprender porque empezaste a preguntar a tu corazón. Sólo tenía que recordarte lo que olvidaste. Los gansos habían echado a volar por fin juntos hacía el sol del atardecer. Una corriente de aire frío le hizo a Violeta abrazarse a su tío Gabriel. Así abrazados vieron los gansos ascender hacía ese mágico atardecer.

Sin darse cuenta se le escurrieron a Gabriel los cantos al estanque, mientras caían al fondo se transformaron en los tres regalos de Sara.

1 comentario:

  1. Este relato fue una historia autoconclusiva en principio. Años más tarde inicie a partir de ella una serie de capítulos que iré publicando aquí periodicamente. Es una historia sencilla sin más objetivo que entretener con un amago de magia y sentimiento. Saludos y hasta la próxima.

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